EL ALMA DEL GUERRERO
Sangre. Muerte. Todos aniquilados de la manera más humillante que podías pensar. No lo pensaste demasiado. Huiste de la academia junto a tu maestra y amiga, Sappho, quien te guío hacia un lugar al que ella consideraba
"el único lugar donde estarían a salvo".
Ese lugar era Blue Pegasus, el Gremio de Magos del Reino de Seven.
Llegar allí no fue difícil. Sappho tenía una cantidad de dinero ahorrada suficiente como para costear el viaje.
En una semana, ya habían llegado a Seven. De allí se dirigieron a una zona residencial algo apartada, pero sin duda espectacular. Sobre una serie de colinas, se extendían varias mansiones, a cada cual más grande. Pero una de ellas era más grande que cualquier otra.
Esta enorme mansión, de color celeste pálido con ventadas doradas y una cúpula blanca en lo más alto. Con sus puertas blancas, adornadas con motivos de caballos alados, como el Pegaso de las leyendas de tu país, era el Gremio Blue Pegasus.
Al llegar al portón, este se abrió inmediatamente, y caminaron hasta la puerta por el sendero que atravesaba el patio frontal. Al subir los cinco escalones antes de llegar al nivel de la puerta, esta se abrió. Una hermosa chica, de un largo cabello rosado y ojos oscuros, vestida con un vestido de lino sin mangas, y descalza, los recibió.
Tu y Sappho llegaban exhaustos tras las peripecias del camino, pero se sorprendieron enormemente al notar como sus cansados cuerpos se recuperaban al instante en que la bella joven les habló.
- Bienvenida, maestra Sappho, y bienvenido, joven Philokles. Mi nombre es Sofiya, soy la Líder del Gremio Blue Pegasus. Aquí hallarán la paz que tanto buscan y toda la ayuda necesaria para tener una vida plena y hermosa. No deben preocuparse más, aquí nadie les hará daño, y ninguna maldad externa podrá tocaros mientras estén con nosotros. Su voz era increíblemente atrayente. Un bálsamo para tus oídos.
- Tu amabilidad solo es igualada por tu sabiduría y superada por tu belleza, Sofiya-sama. Estoy contenta de volver a casa.¿Sappho ya había venido aquí? Con razón quiso apresurarse a llegar al Reino de Seven.
Como si te leyera la mente, Sofiya, miró a Sappho y le dijo:
- Hace ya diez años que te fuiste de tierra natal. Espero que hayas encontrado lo que buscabas en tu viaje, querida alumna. Verte llegar ha sido una alegría insuperable. Vamos, entremos y cambiemos vuestros roídos ropajes. Al decir esto, los hizo pasar al hall, donde había un hombre muy apuesto y de larga cabellera tocando el arpa, y una chica de piel morena y cabello corto cantando suavemente. En el medio había una piscina con una hermosa fuente en el medio. La fuente tenía ángeles de piedra que volaban y vertían agua a la piscina desde unos jarros enormes. Las paredes tenían por todos lados bellos dibujos e inscripciones de un idioma que no conocías pero que parecía sonar en tu cabeza. Todo era perfecto. Mágico.
Sofiya y ustedes fueron en seguida atendidos por unos altos mayordomos, de facciones perfectas y miradas penetrantes. Tenían las orejas muy largas, y sus labios parecían casi no tener color. Su piel brillaba levemente y al contacto eran fríos. Sin embargo, emanaban pura confianza. Ellos los llevaron hacia unos baños enormes, donde había tinas de agua a distintas temperaturas, y aceites y jabones para asearse.
Lo que más llamaba la atención, en especial a ti, era la cantidad de mujeres que había allí.
Los mayordomos te pidieron permiso, y rápidamente se deshicieron de tu ropa, y te entregaron unas toallas para tapar tus vergüenzas.
Con inseguridad, y hasta con miedo, ingresaste en la tina más cercana, donde no había nadie, aún. El agua, ni bien tocó tu piel, te hizo sentir una descarga de emociones y sensaciones que te parecían nuevas. Acaso... ¿esto era lo que llamaban placer? Tres mujeres se metieron en la tina sin que pudieras percibirlo, y se acercaron a ti hasta una distancia que rompía con toda regla. Se acercaron a ti y comenzaron a lavar tu cuerpo con jabón y distintos aceites. No sabías que hacer. Nadie en la Academia te había preparado para esto. Cerraste tus ojos y te dejaste llevar por las sensaciones.
[...]
Una semana más tarde.
Ya te sentías a gusto en Blue Pegasus. Era un poco extraño vivir rodeado de mujeres, especialmente tan bellas, pero no era nada que no se pudiera soportar. A tu maestra la veías muy poco, ya que pasaba casi todo el día junto a Sofiya. Tras diez años de ausencia, tendrían mucho que contarse.
No fue de extrañar que ni bien llegaras al Gremio de Magos, te vieras tentado a incursionar en esta bella y peligrosa arte.
Pero si fue extraño que esta propuesta no fuera abordaba por ti, si no por Sofiya en persona.
Según el recado que dejó el mayordomo, ella deseaba verte en su oficina en la mañana.
Dicho esto, el mayordomo se alejó y te dejó solo en tu pequeña pero lujosa habitación.
- Spoiler:
Esta es Sappho (imagínala con el parche):